Autor de tu propia historia.

Es cierto que en nuestra vida hay factores místicos, cósmicos, externos del universo que interfieren, pero también es verdad que sos artífice de tu propio destino, osea que tenés el control con varias cosas. Es como si todos los días contribuyeras a escribir un poquito de tu historia, de tu propio texto. Sos vos quién decide cuándo cerrar un capítulo, cuándo arrancar otro, qué enfoque darle, qué sentido tiene y, justamente para que un texto tenga sentido necesita comas, puntos, pausas. Lo mismo necesitamos en la vida. 

Muchas veces actuamos con ansiedad, acelerados, con la cabeza en cualquier lado y nos olvidamos de algo tan fundamental como parar un segundo a pensar, es super necesario cada tanto hacer una pausa y decir "a ver loco, a dónde estoy parado y hacia dónde me quiero dirigir". También obviamente para procesar todo lo que vivimos, dar las gracias, modificar algo a futuro, algo que no nos gusta, para cambiarlo, así que andá a tu ritmo pero... pero tomate un tiempo para ver todo lo que creaste y ver cómo querés seguir escribiendo, porque acordate que de tu propia vida vos sos el único autor.

Tenés la capacidad de crear todo lo que te imaginás y mucho más. Fluí en esa, pero también date un respiro para procesar todo lo sucede y proyectar hacia dónde querés dirigirte.