; Shadow' ツ Publicado 22 de enero del 2019 Denunciar Compartir Publicado 22 de enero del 2019 Como una rata me retuerzo sobre el inmundo paisaje. El color de la sangre que brilla y gotea, el marcado pálido de las tripas al aire, no encuentran razón de ser, desnudos absolutos, obscenos y atroces. ¿Cómo encontrar belleza en el horror? Quien pinta la muerte no la ha conocido, el hedor insoportable, la consistencia pegajosa de los humores, el infame descontrol de los esfínteres. La náusea supera la compasión infinita que despiertan esos cuerpos. Soy el que cuenta, el condenado a desmenuzar las imágenes y acomodarlas de tal manera que quien recorra las páginas no se espante, y sólo experimente un estrujarse de su corazón y un nudo de la garganta al reconocerse vulnerable, humano, mortal. Qué maldición ha caído sobre mí al darme esta misión, este tratar de unir tantas vidas en una constelación de dolor, de muerte, de tanta ausencia que se hace presencia necesaria, que no se puede olvidar; vidas que van a rondar hasta que todo sea escrito. Como un ladrón, he tomado el último suspiro de Franz, he querido acariciar el dolor en el rostro de Ladislav, he querido detener con mis propias manos el alud que sepultó a Ferdo y el trazo letal de las balas que buscaban el corazón de Janez, un corazón hecho para amar, no para morir. He visto el pide de Josef, cada uno de sus músculos moviéndose al pisar la mina, y el desgarro se sus miembros, y su voz, su voz hecha para el vuelo sobre el campo abierto, ahogada en sangre. Y nada pude hacer. Con la boca llena de amarga ceniza, inclino la cabeza y acepto. No puedo cambiar nada, sólo contar, mientras mi vida, la que tenía, va mutando: los muertos me van pariendo, para completarme, en un plan inmenso, un enorme friso que pintó con el rojo de la sangre sobre el blanco de la nieve y el negro desesperante del vacío en el que creo se hunden los recuerdos. Sólo puedo amarlos, amarlos de manera entrañable, aún sabiendo que están destinados a desaparecer. Ése es el máximo amor, la raíz de la esperanza, el desesperado grito del condenado a la mortalidad. El oso de Karantania - Cristina Loza Enlace al comentario Compartir en otros sitios More sharing options...
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