Jeremie. Publicado 29 de marzo del 2020 Denunciar Compartir Publicado 29 de marzo del 2020 Uno, dos... —Uno, dos. Uno, dos. Se encuentra sensible, buscando que hacer, ojeando en la plaza sobre el atardecer. Oh genial, no vengo de gala. Mi barco no existe y la cabeza menea. Taciturno, aprovecho mi nublosa habilidad para escuchar y así odiar mas esta ciudad, calle, bosque o lo que sea. Encuentro entretenido las piedras naranjas de un angosto camino y recuerdo esa vez donde no estuve ocupado, fue en mi casa a las doce de la mañana y el sol se reflejaba con el barniz del armario. Uno abre los ojos para ver el cielo nublado, ¿Naranja? ¿Rosa? ¿Salmón? Pierdo valiosos minutos cuestionándome cosas tan obvias que perdí un colectivo prácticamente vacío. Entretenidas estas situaciones, puedo incluso correr, tropezar y romperme el tabique, que mejor sensación que sentirse uno mismo ante infinitas posibilidades... En ese caso, la opción mas rápida que me queda para ir a mi destino es esa. —Salí, cruce en rojo y deje que una moto me atropellara. —Imbécil... Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios More sharing options...
Posts recomendados
Unite a la conversación
Podés publicar ahora y registrarte después. Si ya tenés una cuenta, iniciá sesión ahora para publicar con tu cuenta.
Nota: Tu post requiere la aprobación de un moderador antes de que sea visible al público.