Caso real

La Historia contada x un Policia que trabajo en la ceramica del norte

Me llamo Jorge y esto que voy a compartir ahora es algo que difícilmente voy a olvidar aun cuando ya ha pasado más de una década, el recuerdo sigue latente, soy policía de profesión a finales del 2003 me toco como destino una joven dependencia que se había erigido hace poco en las inmediaciones de la “Villa El Sol” (núcleo poblacional cercano al barrio 20 de junio). 

Debo aclarar que la zona tanto villa el sol como 20 de junio son lugares marginales de salta con mucha drogadicción, y un alto grado de delincuencia, hasta el día de hoy si bien hubo mejoras sigue manteniendo esta estigmatización social, los primeros meses en la dependencia transcurrieron con normalidad, solamente habían uno que otro quilombos con los muchachos de la zona. 

Pero en julio del 2004 todo cambio, “la cerámica del norte” que es un establecimiento icono de la sociedad salteña, comenzó los preparativos para la refacción de sus instalaciones, para entender un poco su historia, sobre la cerámica siempre se vio envuelta en un halo de misterio, escuchar que los dueños de esta hicieron un pacto con el maligno para obtener riquezas es algo común. 

La cerámica se ubica sobre la avenida independencia, se extiende a lo largo de 1, 1/2km de largo por 3 km de ancho, en la parte que colinda con una empresa de ómnibus es la parte más vieja del establecimiento, es aquí que todo comienza, el génesis de una histeria sobrenatural que marco a las personas del lugar. 
A mediados de aquel año por el tema de las refacciones, se envió una directiva para desmantelar los altos hornos (maquinarias para lograr altas temperaturas para la cocción-fusión de hierro y lograr el arrabio mineral) ubicados en la parte más vieja de la cerámica, una cuadrilla de diez hombres luego de haber tirado abajo uno de estos vivió algo descomunal, un hecho sobrenatural, aquello que uno no imagina. 

Al haber tirado uno de los hornos más viejos de la cerámica, se hizo presente un enorme enjambre de moscas que sobrevolaron en los escombros e inmediatamente se perdieron tan velozmente como aparecieron, acto seguido de las ruinas se levantó frente a la mirada atónita de los albañiles un hombre lleno de tatuajes con simbología extraña, uno de los que estaban presentes llego a contar a ver visto una estrella invertida de cinco puntos en la espalda de este hombre. 

Los obreros se asustaron al escuchar la respuesta que obtuvieron, luego de preguntarle ¿cómo había llegado ahí? O si se encontraba bien?, este hombre solo respondió “vengo por unas almas” y se marchó a paso lento mientras se reía de manera nerviosa perdiéndose en unos matorrales. Con el paso de los días por el barrio 20 de junio que esta por detrás de la cerámica comenzaron a suceder sucesos inexplicables. 

Nuestra dependencia comenzó a recibir denuncias de los vecinos del lugar sobre ruidos extraños en altas horas de las noches, ruidos que se asemejaban a unas cadenas pesadas siendo arrastradas en las calles, (uno por ahí es reacio a creer estas supersticiones populares pero les aseguro que lo vivido lejos de ser irreal fue algo muy nítido). Debido a las numerosas quejas y denuncias, el oficial a cargo de nuestra dependencia nos encomendó patrullar a mí y a un agente recién egresado de apellido “Martínez” la zona detrás de la cerámica que es donde los eventos extraños sucedían con mayor fuerza (cabe aclarar que soy el conductor de los móviles). 

Las primeras noches no encontramos nada fuera de lo habitual, alguno que otro pendejo drogándose en algunas esquinas, hicimos lo común despejar la vía pública, pero en la madrugada de un viernes nos topamos con algo extraño, íbamos volviendo a base cuando de pronto tres chicas se sitúan sobre la mitad de la calle, diciéndonos que paremos entre llantos. 

Nos bajamos con cautela, aparte de las chicas había un muchacho que fumaba nervioso sobre el cordón cuneta, al preguntar qué estaba pasando, unas de las mujeres contó que los cuatros eran amigos del B.S.P.A (Escuela nocturna para la inclusión de adultos que por distintas razones no han completado los estudios iniciales y medio) y se habían juntado para dar un par de vueltas en el auto del chico, todo transcurrió con normalidad hasta llegar a la casa de ella que vieron parado a un hombre oscuro en la puerta de entrada de la casa. 

Al bajarse aquel sujeto dio unos pasos hacia atrás perdiéndose en la oscuridad del pasillo e inmediatamente la puerta se cerró por medio de un golpe fuertísimo, la chica relato también que no era posible que alguien más estuviera allí ya que todo de su familia se había ido a “Metan” (departamento interino de Salta) a visitar a unos parientes, lo más extraño de todo es que al poco tiempo desde adentro de la casa salió un niño con ojos negros invitándolos a jugar con él. 

Esto genero un escalofrió atroz en los cuatros, díganme que niño está despierto a las 4 de la mañana?, aun con esto nosotros no creíamos en lo que contaban, sin embargo era tanto el suplicio de las chicas que decidimos con el agente entrar a revisar (esto es algo que nunca debe hacerse, dejar la patrulla a la intemperie, pero dado la desesperación de los jóvenes lo hicimos), al ingresar notábamos que las luces no funcionaban estaba completamente a oscuras la casa. 

Verificamos cada uno de los ambientes del inmueble y al llegar al patio trasero, en el medio del mismo había un hombre con la cabeza agacha mirando el suelo, luego de gritarle que coloque las manos sobre la nuca y se tirara al suelo, respondió “Uds no pueden ayudar, solo me iré luego de haber juntado las almas que quiero” sorprendentemente de un brinco salto el muro medianero llegando al techo de la casa colindante. 

El agente me miro como queriendo decirme “fue real lo que vimos?”, regresamos al móvil y allí nos esperaban los chicos que comenzaron a preguntarnos que ocurrió, (también habían visto aquel hombre saltar por los techos de los vecinos), la dueña de casa no quiso entrar nuevamente al inmueble así que la llevamos a la dependencia para que se quedara alli hasta que amaneciera. 

Al llegar a la subcomisaria, no tuvimos mucho tiempo para descansar, debíamos volver prontamente a 20 de junio porque un muchacho se había suicidado, este fue el primer suicidio de muchos otros que vendrían ulteriormente, en primera instancia supuse que era a causa de las drogas, los muchachos en esta zona se daban con cualquier cosa, desde pegamento, aspirar nafta, paco, marihuana, pipa, etc. Pero por dos razones sobrevivientes me hicieron cambiar de parecer, primero lo raro de que ocho de los suicidios se cometieron en el mismo árbol (este fue derribado por los vecinos posteriormente). 

Lo segundo, experimentar una vivencia paranormal que me hizo cambiar todo mi paradigma de la realidad, una tarde pasando por la cancha que estaba al frente de la cerámica (atlético atlas) volviendo de cargar nafta al móvil, dos chicos me gritaban que pare haciendo señas, al llegar a su lado me piden ayuda que “algo” estaba matando a su amigo, nos acercamos hasta la falda de un terraplén de tierra y lo que vi aun no lo puedo asimilar, un muchacho estaba levitando tratando de liberarse. 

Su rostro ya tenía un tono casi azul por eso me di cuenta que se estaba asfixiando, con miedo me acerque e hice contrapeso con las piernas del muchacho para bajarlo. Poco después me contaron que ellos no vieron a nadie acercarse pero que su amigo de la nada comenzó a gritar que lo querían matar, se lo tomaron a risas primero pero al ver como su cuerpo levitaba salieron corriendo para pedir ayuda, al momento de irnos una risa grotesca inundo la cancha 

Con el correr de las semanas una muerte tras otra se sucedieron, llegue a computar que desde agosto hasta septiembre nueve suicidios habían ocurrido entre la zona de 20 de junio, villa de sol, villa juanita, podía ver al patrullar de noche que las barras de jóvenes ya no se juntaban en las esquina, se comenzó a rumorear de un hombre calvo completamente pálido con ojos rojos se aparecía en las casas preguntando por los niños de la familia. 

En octubre de aquel año, los hechos cobraron notoriedad porque en tan solo ese mes hubo un total de nueve muertes, lo más extraño de todo las victimas ya no eran adolescentes eran niños, el más joven en quitarse la vida tenía tan solo siete años, pude leer una carta de los chicos que se habían ahorcado, en ella decía que el diablo lo venía a buscar todas las noches. 

A mediados de octubre me toco hacer guardia con dos gentes teniendo como supervisora a una suboficial, alrededor de las dos de la mañana grita pidiendo ayuda, su oficina que daba al patio trasero tenía una ventana, al entrar sobre el marco de la misma un hombre estaba en cuclillas mirándola fijamente, si bien tenía el aspecto de un ser humano te daba la sensación de ser algo maligno. 

De pronto el color de sus ojos cambio aun rojo oscuro y con una risa macabra entro a dar unas carcajadas horribles, muy horrorizado con la voz quebrada dije “ándate” a lo que me respondió, “no me voy a ir Jorge hasta que haya tenido las almas que quiero, me faltan cinco más aun”, “quién eres?” pregunte, luego de unos segundos interminables escuetamente dijo “no importa el nombre dentro de unos años nos volveremos a ver” 

Nuevamente se reincorporo y salió caminando por la entrada principal, dejando un olor a carne podrida insoportable en la oficina, crease o no luego del ultimo suicidio este hombre dejo de ser visto en la zona, no volvió aparecerse nunca más, la mujer oficial de aquella noche pidió traslado, los demás policías hicieron lo mismo, ya nadie quería estar o trabajar en la comisaria. 

Como bien dije luego del ultimo suicidio y de haberse computado las dieciochos muertes, aquel ser no volvió a reaparecer nunca más, no fue hasta el 2013 que las palabras de aquel hombre en la dependencia volvieron hacer ruido en mi cabeza, mi hijo el más grande de todos entro en un lapso de posesión es una historia que por su complejidad debe ser contada aparte pero un suceso me dejo marcado a fuego, una tarde que estábamos tomando la merienda en familia de pronto mi muchacho bajo la cabeza con un golpe en seco y al levantar su rostro los ojos estaban completamente negros, al preguntarle qué le ocurría me respondió “no soy tu hijo, no te acordas de mí, yo vivo en lo profundo debajo de la tierra” 

Esta ultima historia la omito para darla a conocer en otra ocasión, solo resta agradecer a los hermanos y sacerdotes, pertenecientes a la iglesia Santa Cruz, ya que gracias a ellos mi hijo se recuperó y aquel recuerdo del 2013 es tan solo un trago amargo, por ultimo con respecto a la cerámica aún se siguen escuchando relatos sobrenaturales por cerca de sus inmediaciones, para mi ese lugar esta maldito por las distintas muerte que ocurrieron tiempo atras

Nooooo chabón jajajaja, terrible todo. Que mambo!

Muy bueno